Por M.FujiyamaHola amigos
El próximo domingo 13 de diciembre a votar.
Las encuestas dicen que Piñera tiene una ventaja de 10 puntos sobre su rival más cercano en primera vuelta. Esa es una ventaja importante, difícil de remontar en segunda vuelta, aún con un acuerdo electoral de por medio por parte de los restantes candidatos. Eso es así a menos de que las encuestas hayan distorsionado sus resultados con propósitos propagandísticos.
Me resulta difícil explicar esta adhesión que suscita Piñera en 2009, un candidato claramente derrotado por Bachelet en la presidencial anterior; como no sea por el brillo del dinero, un atributo que ostenta. No vamos a discutir este punto, ya que todos sabemos que el dinero es el valor rector de este sistema. Otros valores como la solidaridad y la confianza en los demás han decaído en favor de lo económico. En particular en cuanto a que otros agentes puedan cambiar la sociedad en cuestiones decisivas; para muchos esta capacidad sólo pertenece ahora al mundo del dinero.
Aparentemente la Concertación no ha suscitado en este periodo adhesión ciudadana a otro tipo de valores, dejando así el espacio a un candidato como Piñera, una especie de rey Midas del que muchos electores esperan una brillante gestión (la lógica es simple, un productor de dinero pondrá más dinero en mis bolsillos). Ese mismo tipo de electores tuvieron contra las cuerdas a Lagos el 2000 e hicieron obtener más votos a la derecha en primera vuelta el 2004. Esta podría ser su hora.
Votaré por Arrate porque las ideas que representa son las que están más claramente comprometidas con un proyecto de sociedad libertario y participativo. Cuando digo claramente, me refiero a que es el que deslinda mejor lo político de lo económico y desata la trenza entre estos factores. El proyecto de Marco es confuso, pues lo apoyan economistas de derecha, lo que augura un manejo económico no muy distinto del que se ha venido haciendo. En el caso de Frei, no obstante las mejoras prometidas, no creo que esté en condiciones de hacer una política distinta en relación a los megaproyectos por ej. Hidroeléctricos y mineros que están teniendo un grave impacto ecológico..
Mi voto por la opción Arrate no es absoluto sino relativo. Reconozco que es un voto de protesta a ciertas políticas de la concertación. Se tb. que sus posiblidades de triunfo efectivo son mínimas, por tanto no le exijo un recuento detallado de su programa. Tampoco le exijo nada al partido comunista su principal aliado. No es el momento de exigirle cuentas históricas por apoyar dictaduras de izquierda como parte de su lógica doctrinaria. En particular por el rechazo que me provoca una política dirigista desde el poder hacia el arte. Eso no cuenta en esta elección; Lo rescatable del apoyo del PC a Arrate es su compromiso con un programa neo-allendista para Chile.
En cuanto a la persona de Arrate y en esta misma línea, no creo necesitar de momento más credenciales que las exhibidas en los debates realizados durante la campaña.
Mi voto además quiere significar un apoyo a la creación de un movimiento amplio social genuino y no oportunista. El senador Navarro nos debe a muchos una explicación coherente en este sentido.
En cuanto a la segunda vuelta, estoy en condiciones de apoyar a cualquiera que no sea Piñera. Creo que Frei ha renovado ciertos puntos de vista y es probable que haga un mejor gobierno que en el periodo 94-2000 y Marco aún cuando es una incógnita, el juego democrático le exigirá consensuar apoyos para un proyecto que de momento parece demasiado personalista.
Hasta aquí por ahora. Desde la noche del 13, podemos por un mes más cultivar mil conjeturas.