El magnate entra a la polémica con el sacerdote jesuita, quien afirmó que había una contradicción entre el modo que Tompkins obtuvo su dinero y los valores que ahora decía proteger. En carta a esta redacción, el dueño de Pumalín llama a Berrios a evaluar la relación entre lo que ganan las grandes empresas vinculadas al proyecto y lo que aportan realmente como ayuda social.