No es que no les guste beber té, es que están hartos del Tea Party. Cansados de una retórica alienante en la que no se reconocen y saturados de que el movimiento ultraderechista siga considerando al Gobierno como el enemigo de los ciudadanos, el Coffee Party se acaba de sumar al menú político (de izquierdas) de EE UU.
La idea surgió de repente, producto de un momento de irritación. En la noche del 26 de enero, Annabel Park, de 41 años, dio rienda suelta a su enfado en su página de Facebook. Park no podía más. Si escuchaba otra perorata, otra incongruencia de boca de cualquier miembro del denominado Tea Party, entraría en ebullición. La escuchó. Y sucedió lo siguiente: "Empecemos un Coffee Party... un Batido Party; un Red Bull Party. Lo que sea menos té... ¿Qué tal un Cappuccino Party? Eso realmente les cabrearía porque suena muy elitista... Reunámonos y bebamos cappuccino y tengamos un verdadero diálogo político con sustancia y empatía". El espontáneo estallido de rabia contra lo que amenaza ser el nuevo conservadurismo estadounidense se convirtió ?con la rapidez que tiñe todo lo que sucede en la Red? en el movimiento