Por Eugenio Vicente
(Apuntes en torno al movimiento estudiantil y social)
El 2006 surgió el Movimiento Pingüino proponiendo un cambio profundo del sistema educacional. El afán de cambio lo diluyo la comisión nombrada por el gobierno de Bachelet y el Congreso y se dio paso a la LGE.
Es cierto que la Concertación no pudo cambiar leyes porque necesitaba contar en el parlamento con los votos de la Derecha, pero también es cierto que administro con ventaja el modelo heredado.
La ventaja es clave porque significó participación en el lucro al que invitaba el sistema. Tal es el caso de Mariana Aylwin y Mónica Jiménez, dos ministras de educación con intereses creados que fueron cancerberas del sistema de lucro.
El 2006 se respiraban aires de cambio. Los pingüinos levantaron su movimiento con amplio respaldo ciudadano. Bachelet recién electa gozaba de un gran capital político. Si ella se hubiese puesto de parte del movimiento, las reformas habrían sido inevitables y se habría ganado años, pero un giro radical en las políticas de los gobiernos de la Concertación no estaba en sus planes.
2011 resurge con fuerza el movimiento estudiantil y esta vez sus líderes más visibles son los universitarios (probablemente ex pingüinos).
